Visita al Museo Regional El Calafate

La ciudad de El Calafate, además de ofrecer una inmensa lista de excursiones al aire libre, propone opciones de carácter cultural e histórico como, por ejemplo, visitar el Museo Regional. Caminando por la avenida principal de la ciudad, Av. Libertador General San Martín, entre las calles Río Gallegos y Coronel Rosales, nos encontramos con el magnífico edificio que en su interior alberga la historia de El Calafate. En el frente del edificio hay dos grandes carretas que se ganaron nuestra atención, como una muestra de lo que nos estaba esperando en el interior. Mientras entrábamos al antiguo edificio, en donde antes funcionaba la Comisión de Fomento, sentimos como cambiaba la atmósfera. Del movimiento del centro de la ciudad nos transportamos a un aire de calma, con aroma a madera e historias detenidas en el tiempo. Entre el material arqueológico que hay en el museo, encontramos las clásicas boleadoras, puntas de flechas y piedras talladas de los primeros habitantes de El Calafate.

También pudimos observar fósiles de distintas especies, que fueron halladas en el área, muestras representativas de la flora y la fauna de la zona, y una gran cantidad de aves taxidermizadas sobre sus vitrinas, tan imponentes que parece que nos estuvieran observando. Luego de caminar por el interior del museo y observar muchos de sus tesoros culturales, nos dirigimos al sector externo del edificio para seguir conociendo más. Allí encontramos herramientas que se utilizaban para la esquila a principios del siglo XX y como se fueron modificando con el paso del tiempo. Uno de los encargados de cuidar el museo nos contó que las dos carretas que habíamos visto antes de entrar eran utilizadas para transportar lo que se conocía como “oro blanco”: la lana. Para que todos puedan disfrutar y conocer la historia y la cultura de El Calafate, el museo cuenta con acceso para personas con discapacidad y toda la información proporcionada está traducida al braile. Si bien no toma mucho tiempo recorrer el museo, cuando salimos sentimos que habíamos viajado cientos de años atrás y que volvíamos al presente una vez que cruzamos la puerta principal.