Alquilar un semirrígido en Villa La Angostura

En Villa La Angostura se puede hacer de todo, y navegar el Nahuel Huapi y sus rincones ocultos es el sueño de muchos.

Al momento de elegir nuestras vacaciones, Villa La Angostura figuraba en el primer lugar de nuestra lista. Habíamos pasado varias temporadas en ese pueblo de montaña, que cada vez tiene más atractivos para que uno desee regresar. El sueño de navegar por el Nahuel Huapi a bordo de un semirrígido seguía intacto, como tantas otras veces que pasamos nuestras vacaciones en la Villa y veíamos a otros turistas y vecinos divirtiéndose en el agua Unos querían pescar, otros simplemente tomar sol y todos, sí, conocer nuevos lugares y los rincones más hermosos que tiene el lago. Era lo que toda la familia quería y si bien nosotros teníamos una embarcación en una guardería cercana a nuestro lugar de residencia, cuando evaluamos llevarla hasta la Patagonia vimos que era más seguro y rentable alquilar una allí, evitando de este modo tener que trasladarnos con la lancha, trailer, y todo lo que ello significa: viajar inseguros.

  • Sus rincones ocultos es el sueño de muchos

    Sus rincones ocultos es el sueño de muchos

  • El paisaje desde otro lugar

    El paisaje desde otro lugar

  • Imperdible

    Imperdible

  • Navegar el Nahuel Huapi

    Navegar el Nahuel Huapi

  • Parque Nacional

    Parque Nacional

  • A bordo de un semirrígido

    A bordo de un semirrígido

  • El sueño se hizo realidad

    El sueño se hizo realidad

Así surgió la idea de alquilar una embarcación en la Villa, y sabíamos de antemano que hay prestadores dedicados al tema, que además de rentar la embarcación con todos los elementos de seguridad correspondientes, se encargan de indicar al visitante mapa y recomendaciones de los mejores lugares para conocer e incluso desembarcar y hacer un picnic soñado. Las recomendaciones permiten conocer el bosque de arrayanes en la Península de Quetrihué o algunas de las playas imperdibles que se divisan a lo largo de la costa del lago. Y el sueño se hizo realidad. Ni bien salimos del embarcadero, y luego de despedirnos amablemente de quienes nos comentaron todo acerca de la embarcación, comenzamos a navegar. En cuestión de segundos sentimos como propio el semirrígido que habíamos alquilado. Nos familiarizamos con su sonido, con las maniobras necesarias para amarrar y partir. Sobre la embarcación llevábamos nuestro almuerzo, la malla para una buena zambullida, cañas de pesca de trolling y de mosca, y el termo con agua caliente para el mate de la tarde. También, algo de abrigo para el atardecer, ya que ninguno quería llegar temprano a la cabaña donde nos alojamos en la Villa. En un momento, decidimos parar el motor en medio de la bahía y fotografiar todo lo que estuvo a nuestro alcance: bosques, cabañas en lo alto, unos patos. Las bahías, penínsulas y playas se iban sucediendo a nuestro paso. Los ocupantes de la lancha opinamos sobre los distintos lugares para desembarcar y hacer tierra. La idea de todos coincidió: encontrar una playa de arena “virgen” y utilizarla como balneario privado para pasar el día. De repente, una ola un poco más intensa nos hizo balancear más de la cuenta. ¿Qué fue? ¿El Nahuelito? ¿Cambió el viento? No, un catamarán de turismo por el medio del lago había dejado una estela que en unos minutos llegó a nosotros transformada en ola. Cerca de una de las costas, diucas y bandurrias se hicieron presentes con su chillido particular de ave patagónica. Era su territorio y no el nuestro. Aprendimos a no molestarlas, salvo sacarles alguna foto para el recuerdo. Finalmente, llegamos a la playa deseada y nos dedicamos a disfrutar del día en ese lugar fantástico. El semirrígido nos resultó seguro para el cruce y para los posteriores movimientos que hicimos cuando intentamos pescar. El secreto es mantener siempre el orden dentro de la embarcación, para movernos cómodos entre bolsos, abrigos, cañas de pescar, etc., etc. Así fue transcurriendo el día, entre salidas, pequeños derroteros o garetes para pescar, otra de las actividades que más se practican desde este tipo de embarcaciones. En nuestras charlas coincidimos en que contar con una embarcación disponible todo el tiempo de nuestra estadía había sido una excelente decisión. Surcar las aguas del lago nos dio una sensación de independencia y serenidad única.

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Autor Pablo Etchevers Fotografo Gentileza Náutica Angostura

Tipo de tourTipo de tour: Navegación
Sugerencias Todas las embarcaciones que se alquilan cuentan con la correspondiente habilitación de Parques Nacionales y Prefectura Nacional Argentina y con todas las medidas de seguridad correspondientes para sentirse seguros y comunicados todo el tiempo con tierra firme. Quien haga de timonel deberá contar con el carnet correspondiente al tipo de embarcación que se pretenda alquilar.

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