Gobernador Gregores Historia y leyendas

Historia

Gobernador Gregores se encuentra en el centro mismo de la provincia de Santa Cruz a 280 m. sobre el nivel del mar, en el Departamento de Río Chico, siendo su cabecera.
La población fue creada en marzo de 1922 por el Austriaco José Kuney Posne, en la hoy Manzana 36, rivera Norte del río Chico, quien salvado de los fusilamientos del 21, instaló en las márgenes del Río su herrería, como la primer vivienda en este lugar, consistente en una construcción de madera con cubierta de chapa que se sacó de antiguas latas de combustible de 20 lts, que se comercializaban en la zona en aquel entonces.
Tiempo después, al confirmar Don José Kuney que no era desalojado por el propietario de las tierras, se instalan comercialmente Mariano Pejkovic, Francisco Salinas y José Chalub entre otros.
Con fecha 02 de enero de 1925, el Gobierno del entonces Territorio Nacional, le dió el nombre de Cañadón León , denominación que los pobladores habían elegido por su proximidad con el cañadón donde moraban gran cantidad de pumas americanos .
El ejido urbano se establece posteriormente por Decreto del año 1938 , con una superficie de 1000 has, realizándose su primer mensura para el centro urbano.
En el mismo año se constituye la primer Comisión de Fomento siendo su primer Presidente el antiguo vecino Don Luis Sanchez.
En el año 1958 a pedido de los pobladores del lugar, el Interventor General de la Provincia de Santa Cruz, Doctor Pedro Luis Priani, decreta la actual denominación de Gobernador Gregores, en recordación del Teniente de Corbeta Juan Manuel Gregores, que fuera gobernador de la Provincia quedando como fecha de recordación el 23 de marzo.

Leyendas

Shintaukel

El artero Nóshtex, al no poder vencer a su hijo, trama una superchería, convenciendo a Shintaukel de que lo mate y tome su lugar. El cazador acepta y los dos contendientes se enfrentan en las mesetas que rodean el lago Cardiel.
La lucha fue titánica, pues los rivales no daban ni concedían tregua alguna y el sudor que manaba de sus cuerpos contaminó las aguas del lago, convirtiéndolas en salobres para toda la eternidad. Luego de varios días de lucha sin cuartel, Shintaukel logró herir a El ‘Al en un hombro, pero el olor de la sangre atrajo a una manada de jaluelk, los feroces tigres eternamente hambrientos, por lo que los contendientes debieron suspender su duelo y unir sus fuerzas para enfrentarlos.
Para ahuyentarlos fue necesario incendiar los bosques de coníferas circundantes, lo que causó la total destrucción de las plantas que rodeaban el lago. Esto , sumado a que los ríos de sudor que fluían de sus cuerpos empapaban el suelo a su alrededor y corrían hacia el lago, convirtieron a la región en un páramo salitroso y estéril para siempre.
La pérdida de sangre y el agotamiento hizo que las fuerzas de El’Al flaquearan momentáneamente, y ante este titubeo, algunos tzonekas vitorearon al cazador, tratando de congraciarse con quien creían que sería su nuevo omkem, pero El’Al, sacando fuerzas de flaqueza y recobrado por el descanso proporcionado por el ataque de los tiegres, logró derrotar a su rival y lo arrojó a las profundidades del lago, de donde jamás logró salir.

Nóshtex: en la cosmogonía tehuelche, uno de los gigantes que habitaban en la isla creada por Kóoch.
Shintaukel: traidor, artero. Es el nombre del cazador y guerrero convencido por Nóshtex para asesinar a El’Al .
El’Al:personaje central de la cosmogonía tehuelche, hijo del gigante Nóshtex y de Teo, un nube .
Jaluelk: felino patagónico hoy extinguido.
Omkem: guía, por extensión jefe o conductor.
Del libro Cuentos, Mitos y Leyendas Patagónicos de Ediciones Continente

“La piedra y el zorro” del libro Joiuen Tsoneka (leyendas tehuelches) de Mario Echeverría Baleta.

Un pícaro zorro caminaba airoso por el filo de una loma y no teniendo nada que hacer, por burlarse de una piedra, la invitó a correr cuesta abajo.
-Soy muy pesada.... le contestó humildemente. Pero tanto insistió el zorro que la piedra aceptó el desafío aprovechando la vibración de un volcán que se estremeció bajo su vientre.
Corrió el zorro y se detuvo pensando que su rival jamás podría moverse de allí. En ese preciso instante venía rebotando la piedra que al pasar le aplastó la cabeza.
En la boca del zorro quedó trunca una sonrisa irónica.

Tsonekas: nombre verdadero de los llamados: Tehuelches, Aónikenk o Chonkes
Joiuen: leyenda


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