Río Grande Historia y leyendas

Historia

Río Grande se puede considerar el corazón de la tierra ona, conocida como Onaisin, Karukinka o Yark-Harvin que significa “Mi Tierra “.
En Octubre de 1886 una expedición comandada por Julio Popper descubrió el Río Grande. Fue bautizado con el nombre de Juárez Celman, en honor a quién por aquél entonces era Presidente de la Nación.
En 1891 le fue cambiado por el nombre de Julio Poper, pero debido a la popularidad que había tomado en la población, el nombre de Río Grande quedó como nombre oficial.
La instalación de la primera Misión Salesiana en 1893 es considerada como el primer antecedente poblacional de blancos, en la zona, la cual fué fundada por Monseñor Fagnano, funcionando en la actualidad una Escuela Agrotécnica.
El 11 de Julio de 1921, a través de un decreto del Presidente Hipólito Yrigoyen, Río Grande fue reconocida como una colonia agrícola. Esta creció rápidamente como puerto y centro de las estancias
Sus primeros habitantes se asentaron a fines del siglo pasado y provenían de la zona de San Sebastián. Eran operarios de las minas de oro que dejaron de explotarse en esa época. Treinta años después en 1921 se funda oficialmente Rió Grande. En 1959 se inicia la era del petróleo que genera una corriente migratoria que se complementó con las que se produjeron en las décadas del 70 y el 80 al promulgarse la ley de Promoción Económica que mediante exenciones de impuestos y subsidios radicó industrias y pobladores.

Leyendas

“Duración del Invierno” del libro Joiuen Tsoneka (leyendas tehuelches) de Mario Echeverría Baleta

Elal invitó a los animales a una reunión para que determinen la duración del invierno. Tras diversas opiniones, quedaron discutiendo el Oóin (Ñandú) y la Mara.
El primero sostenía que el invierno debía durar doce lunas y marchar de vez en cuando al Norte en busca de calor. Por otra parte la Mara proponía una duración de tres lunas solamente, con lo que no sería necesario emigrar, permaneciendo siempre en el Sur.
- Nos vamos a morir de hambre y de frío, repetía la Mara, moviendo graciosamente su pomposa colita.
- Insisto en doce lunas, respondió sin inmutarse, su contrincante.
Contrariada la Mara, al ver la tozudez del ave, aplicando un golpe con su pata en la tierra, gritó enojada “kaash” y corrió a esconderse en la cueva, considerando terminada la controversia.
El Ñandú indignado corrió tras ella, pero solo alcanzó a pisarle la cola que se le cortó al ras.
La Mara quedó rabona y Elal, sabiamente le dio la razón. Desde entonces el invierno dura tres lunas.

Joiuen: Leyenda
Tsoneka: nombre verdadero de los llamados : tehuelches, Aónikenk o Chonkes
Elal : nombre propio del héroe de los Tsonekas
Oóin: Ñandú
Kaash: tres


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