Saltos del Petrohué

Un lugar en el que las caídas de agua, el verde follaje y los accidentes geográficos complotan para apoderarse de nuestros sentidos. Visitamos los saltos del río Petrohué.

Un nuevo día nos sorprendió en la "ciudad de las rosas". Antes de dejar la X Región quisimos recorrer uno de los circuitos más clásicos de la zona: los famosos saltos de agua que genera el río Petrohué.

Comienza el camino

Para cumplir con nuestro cometido comenzamos a bordear con el auto toda la ribera del lago Llanquihue con dirección sudeste. El espejo de agua se encontraba totalmente “planchado” y copiaba fielmente el paisaje que lo circundaba. Para nuestra suerte, todo el camino se presenta asfaltado, por lo que pudimos optimizar los tiempos de viaje. De esta manera tendríamos una mayor disponibilidad frente al espectáculo natural que nos esperaba. Recorrer las rutas del sur de Chile es una experiencia fascinante. La buena señalización, el excelente asfalto y las cuidadas banquinas no sólo auguran un buen tránsito sino que, además, son ideales para detenerse en cualquier punto y contemplar el particular entorno natural que parece una obra de arte surrealista.

  • Aguas turbulentas

    Aguas turbulentas

  • Las rutas del sur de Chile

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  • Una obra de arte surrealista

    Una obra de arte surrealista

  • Parque Nacional Vicente Pérez Rosales

    Parque Nacional Vicente Pérez Rosales

  • La curiosa formación geológica

    La curiosa formación geológica

  • Playas de piedra

    Playas de piedra

  • Show de aguas danzantes

    Show de aguas danzantes

Tras recorrer 10 kilómetros desde Puerto Varas cruzamos frente a las playas Niklitscheck y Hermosa, donde cientos de jóvenes se dan cita para disfrutar del sol y la arena durante el verano. En el kilómetro 16 nos detuvimos, luego de pasar un puente. Sobre la derecha del mismo se pueden alquilar botes y canoas. Desde ese sitio se hacen salidas para visitar La Poza, un curioso ojo de agua en medio de la selva con la pequeña isla Loreley en su interior. Tres kilómetros más adelante pasamos frente a la playa Venado, otra costa de arenas finas que se dispone a ser descubierta por los viajeros que pasan por el lugar. Luego cruzamos el río Pescado que, como su nombre lo indica, es un sitio ideal para los amantes de la pesca de salmón o truchas. A metros de allí se puede admirar una hermosa capilla con una singular arquitectura con tejuelas de alerce. En las inmediaciones de la iglesia visitamos un histórico molino de agua. Antiguamente se lo utilizaba para moler trigo, funcionaba gracias a la presión del agua que cae brutalmente sobre una enorme rueda de madera. Continuamos por la zigzagueante carretera, deteniéndonos en todos los puntos que considerábamos de interés. El volcán Osorno, con sus nieves eternas, parecía un vigía absoluto de nuestro paso por aquellas australes latitudes. En la zona de Los Riscos frenamos una vez más para apreciar los hermosos acantilados que le dan nombre al lugar. Desde el borde observamos más detenidamente la plenitud del lago Llanquihue y el cerro Pichi Juan, cuyo nombre es un homenaje a un nativo mapuche que realizó las primeras expediciones por el espejo de agua.

La entrada

Luego de haber recorrido un total de 50 kilómetros, aproximadamente, arribamos a la localidad de Ensenada. Aprovechamos el paso por el lugar para almorzar en un restaurante, para luego continuar con nuestro viaje directamente a las entrañas del río Petrohué. El camino se internó en un denso follaje, con especies pertenecientes a la selva valdiviana. Bajamos del vehículo y continuamos a pie por un sendero marcado. Pagamos la entrada al Parque Nacional Vicente Pérez Rosales y nos dispusimos a sentir lo que la madre naturaleza nos tenía preparado. A medida que avanzábamos el sonido interminable y poderoso de un trueno se fue adueñando del ambiente y de nuestros corazones. Era el constante rugido del agua de los saltos del río Petrohué que estaban a sólo unos metros de nosotros. Pronto llegamos a la curiosa formación geológica de indudable origen volcánico por la cual el río Petrohué juega una carrera con la fuerza de gravedad, con el resultado de una maravillosa sucesión de caídas de agua que nos fueron dejando sin aliento. Desde este sitio se inicia el recorrido a una serie de entretenidos senderos por el bosque que nos llevaron a miradores, mallines, playas de piedra, siempre con la viva presencia de los magníficos saltos y con el volcán Osorno como telón de fondo. El verde brillante de la selva lo ocupa todo, sólo interrumpido por las antiguas corridas de lava que la atraviesan, donde el Petrohué parece querer escapar de la expectante mirada de los cientos de visitantes que se dan cita en el lugar para contemplar sus turquesas aguas de deshielo. Fue increíble encontrarnos con ese show de aguas danzantes en la perdida Patagonia austral. Luego de contemplar desde todos los ángulos aquel escenario, fuimos desandando el circuito hasta regresar. Aún hoy, mientras escribo esta nota, cierro los ojos y creo sentir el interminable temblor del Petrohué que con sus aguas turbulentas estalló en mil pedazos para nunca más ser el mismo.

Autor Marcelo Sola Fotografo Jorge González

Contacto de la excursión o paseo


Expediciones Petrohue

Ruta 225 - Km. 60 - Petrohue, Puerto Varas, X Región, Chile

Teléfono Teléfono: +56 65-2212025 Celular Celular: +56 8876896

Nivel de dificultadNivel de dificultad: bajo.
DuraciónDuración: todo el día
Cómo llegarCómo llegar: Desde el centro de la ciudad hay que bordear el lago Llanquihue por su costanera, con dirección sudeste. Distintos carteles durante el trayecto indican cómo llegar a Ensenada y a Petrohué. En total se recorren 130 km., aproximadamente.
Sugerencias llevar agua, protección solar y abundante película o memoria digital para las cámaras fotográficas.
Organiza tu viaje con: welcomeargentina.com | welcomeuruguay.com | welcomechile.com