El surgimiento de las estancias transformó el espacio vacío e ilimitado en un ámbito de producción rural que permitió situar al país entre los primeros proveedores mundiales de materia prima.
Hacia el sur, las estancias trocaron el paisaje. Superando el crudo invierno, las intensas nevadas y el incesante viento, se convirtieron en verdaderos pueblos repartidos en la inmensidad de los campos.
Esta es una de las sensaciones más completas que el ser humano puede sentir. A través del buceo, el hombre pudo recorrer el fondo del mar, conocer un mundo subacuático, acariciar peces y visitar naufragios legendarios, sintiéndose completamente seguro y adaptado al medio hídrico.
Para desarrollar esta actividad, no se requiere poseer un gran estado físico, ni un estilo de natación definido.