El surgimiento de las estancias transformó el espacio vacío e ilimitado en un ámbito de producción rural que permitió situar al país entre los primeros proveedores mundiales de materia prima.
Hacia el sur, las estancias trocaron el paisaje. Superando el crudo invierno, las intensas nevadas y el incesante viento, se convirtieron en verdaderos pueblos repartidos en la inmensidad de los campos.
Recorrer los museos patagónicos es una manera de vincularnos íntimamente con la vida, las costumbres y el entorno natural de sus comunidades.
Paleontología, arqueología e historia son algunas de las disciplinas desarrolladas en estos rincones dedicados a testimoniar la cultura de la región.