Visitamos la Casa de la Cultura José Guadalupe Posada. Al recorrer sus salas, revivimos los momentos más importantes que debió atravesar la ciudad de Osorno.
Desde afuera, se distingue su figura entre los edificios de alrededor. Su arquitectura neoclásica es marca indiscutida de distinción y buen gusto. El inmenso cartel de la Municipalidad de Osorno, y otro que reza “Casa de la Cultura José Guadalupe Posada” hacen que sea imposible no darse cuenta de que en su interior funciona el museo de la ciudad.La imponente silueta, con su color celeste claro, nos cautivó y sin dudarlo ingresamos.
Particularmente nos llamó la atención una momia que se encuentra detrás de un cristal. “Es una momia que pertenece a la cultura Atacameña” sostuvo una voz a nuestras espaldas, y agregó “fue encontrada junto a valiosos restos de un enterratorio de la cultura San Miguel de Azapa, como ejemplo del destacado avance del período agroalfarero en el norte de Chile.” Luego de la elocuente explicación, no nos quedó duda de que nuestro presentador trabajaba en el museo.
Así conocimos a Claudio Lorca, encargado del archivo del museo. Nos acompañó en nuestro recorrido por las distintas salas y descubrimos muchos de los secretos que encierra este predio.
Posee un total de 9 salas temáticas, que hacen referencia a la conquista y repoblación de Osorno, a la ciudad en sus años de apogeo arquitectónico a principios del siglo XIX, y a héroes nacionales. También tienen su sector especial la cultura mapuche, la prehistoria, la sala de historia natural y el archivo histórico, donde se encuentran las actas municipales, planos, equipo de microfilmación y documentos varios. Además, en el subsuelo posee una sala interactiva para que los visitantes se acerquen al conocimiento del patrimonio cultural chileno de una manera didáctica, dinámica y atractiva.
A medida que atravesamos los distintos salones, fuimos logrando una mayor comprensión de la cultura y la idiosincrasia de la ciudad y de Chile. Una vez que recorrimos todo el predio, nos despedimos de nuestro nuevo amigo - Claudio Lorca - y nos fuimos a visitar el resto de la ciudad. Ya estábamos preparados para comprenderla, sentirla y quererla, como a su gente.