Cuando llega el verano, los días se alargan y el famoso Gato Curuchet comienza a planear las mejores excursiones para disfrutar del verano austral.
Quien conoce realmente
la pequeña ciudad de Ushuaia sabe que en ella se tejen historias y leyendas que no encontramos en otros lugares. En verano, cuando los días se hacen interminables y las noches apenas duran un par de horas, hay un personaje del que todos hablan en cada uno de los rincones de la ciudad: el “Gato” Curuchet. Y ante la pregunta a cualquier vecino sobre si lo conoce o si sabe dónde se encuentra, la respuesta siempre es la misma: en el Valle de los Lobos.
Amor por los perros
El Valle de los Lobos sorprende a quien, ya sea por recomendación o por curiosidad, ha llegado hasta allí. Es que aunque los trineos son una actividad de invierno, la posibilidad real de disfrutar al ver cómo transcurren las horas en un criadero de perros de trineo es cierta. Allí,
huskies y alaskanes son los protagonistas de las miradas de niños y grandes que preguntan siempre cuánto salen y que luego se contentan con saber que allí estarán mejor que en la ciudad. El Gato Curuchet nació en Tandil y desde chico soñaba con conocer los hielos de Alaska. Comenzó un viaje que marcó su vida para siempre; la meta era precisamente Alaska, las tierras indomables de Jack London y sus perros, pero el destino le jugó una buena pasada: decidió que nuestro amigo perdiese su barco y se quedara para siempre en Ushuaia, donde encontró un paisaje similar al soñado en el propio suelo argentino.
La luz del verano
La llegada del verano invita a disfrutar de los días largos y de muchísima luminosidad, lo que le permite al Gato planear excursiones más largas con la posibilidad incluso de hacer noche y acampar en lugares realmente increíbles no muy distantes a la bella ciudad de Ushuaia. El Gato tiene distintos paseos donde se imponen las visitas a castoreñas o a las decenas de lagunas que se encuentran en los alrededores de la ciudad y que son meta de la mayoría de las excursiones.
Laguna Esmeralda es por su belleza y colorido uno de los atractivos que ningún turista quiere dejar de conocer. A ella se suman distintos refugios que van apareciendo a medida que se la alcanza y que permiten tener un contacto con la naturaleza distinto al que se tiene en otro tipo de paseos. Pero quizá conocer el criadero de perros de trineo sea el atractivo que más fama le ha dado al lugar. Basta con ver cómo el Gato se relaciona con sus perros para entender que por momentos no hacen falta palabras para que ellos se entiendan. Una mirada, un gesto, un chasquido y todos entienden qué es lo que viene y qué debe hacer cada uno de los integrantes del trineo, algo que también comenzamos a aprender quienes estamos debutando en esta actividad.
Descanso obligado
Mientras recorremos el Valle Carbajal, un lugar realmente hermoso, el Gato realiza una parada que todos los presentes (en este caso, el grupo no superaba los ocho) estábamos esperando.
Perros y hombres necesitábamos descansar, por lo que nuestro amigo comenzó a juntar leña y armó una fogata que sirvió para tirar unos tiernos trozos de carne y dejarlos asarse. Mientras comíamos, las experiencias de vida, los viajes, las anécdotas y por sobre todo el amor por estas tierras ganaron rápidamente la conversación. La armonía que se logra entre la mirada azul de los perros y el paisaje da cuenta de que estamos viviendo algo único, como si se tratase de un cuento. Sensaciones mágicas si las hay.
En Verano
Entre las excursiones de verano que se pueden hacer, aparecen un paseo al Paso Garibaldi en 4x4 recorriendo los lagos Fagnano y el lago Escondido, el avistaje de castores y el trekking a la laguna Esmeralda, uno de los puntos más lindos de esta ciudad sureña para conocer en verano.