Navegamos hasta la isla Gable, propiedad de la legendaria estancia Harberton, que atesora además de un impactante paisaje, los vestigios de sus primeros habitantes.
La idea de recorrer la mítica estancia Harberton en un periplo de aventura para explorar algunos de los rincones más escondidos y cercanos a Ushuaia resultaba una propuesta más que interesante.
Los chicos de Canal Fun nos pasaron a buscar a primera hora de la mañana. Salimos por la ruta nacional 3 y a 40 kilómetros dejamos el asfalto para tomar el desvío de la ruta complementaria J que lleva a Haberton. Luego de recorrer 45 kilómetros por este camino de ripio, se ingresa al predio de la estancia sobre una ventosa península conocida por sus árboles bandera.
Cerca de la costa crecen estas singulares lengas, guindos y ñires moldeados por las fuertes ráfagas que sobresalen en cada postal de la isla Grande.
Hacia el canal
Nos detuvimos a orillas del río Larsiparsahk, el lugar elegido para empezar a remar. Los guías dispusieron rápidamente las balsas y distribuyeron las botas y pantalones a los que íbamos a ser de la partida. Sin ninguna prisa, recorrimos el sinuoso curso de agua hasta desembocar en el canal de Beagle, con una clara vista panorámica del lado chileno: la isla Navarino y, más alejadas, las Picton y Lennox.
Los cauquenes y avutardas sobrevolaban el desolado paisaje y en un islote descansaban unos lobos marinos junto a varias familias de cormoranes roqueros.
Por suerte, ya estábamos cerca de la costa cuando se levantó el viento más fuerte. Caminamos unos pocos metros hasta el casco de Harberton. Esta estancia fue la primera en Tierra del Fuego y la construyó el misionero anglicano Thomas Bridges en 1886.
En el muelle ya estaba el semirrigido que nos acercaría a la isla Martillo, el único sitio del canal habitado por una colonia de pingüinos magallánicos. Los observamos desde la costa pero no descendimos porque era mediodía y el almuerzo nos esperaba en isla Gable.
La isla solitaria
Cuando ya nos empezaba a ganar la modorra de la siesta, Carolina propuso recorrer los alrededores. Resultó una entretenida caminata interpretativa para conocer mejor el entorno natural. La presencia de los castores, que resultan un grave problema en todo el ecosistema fueguino, se delata en los numerosos ñires caidos y bosques anegados por los grandes diques y castoreras. También pudimos apreciar algunos vestigios de las familias yámanas que convivieron con los misioneros anglicanos.
Finalmente, después de 2 horas de trekking, llegamos hasta el muelle donde nos esperaba el zodiac para trasladarnos de vuelta al continente.
Terminaba la travesía marcada por los paisajes, la historia y la aventura que caracterizan esta región y que hacen que cada vez uno se fascine más con ella.
Contacto de la excursión o paseo
San Martin nº 870 (9410) Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina
Cel: +54 2901-408801Conocé más lugares de interés en Ushuaia
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